Reseña

Historia de amor verdadero entre una rana y un cucarrón

POR Valeria Baena • 21 noviembre 2023

6 MINUTOS

Autor: Francisco Montaña | 99 pg. | SM | 2013

Una rana que vive en Colombia, en el lago de un páramo, se asombra por la llegada de un extraño artefacto que resulta ser un carrito de helados. Allí los animales pueden comprar helados de los más diversos sabores. Para ranas, hay de mosco de pantano, de hierba y moho, de terrones de fondo de lago y de agua de charco; también hay sabores de helados que solo aparecen al principio o al final de una historia: “Érase una vez”, “Frente al pelotón” y “Cuando despertó”. Junto con el carrito llega un comprador que deja rápidamente embelesada a la rana: un cucarrón de cuerpo tornasolado que emite unos reflejos cegadores cuando el sol cae en su caparazón: “A Rana le estaba pasando algo extraño. Creía que este cucarrón lento, de lomo resplandeciente y que había desplegado sus alas transparentes era lo más increíble que hubieran visto nunca sus grandes ojos”. Rana y Cucarrón comparten un helado, que resulta ser el del comienzo de su propia historia en la que se conocen, se enamoran y, sin planear mucho la cosa, terminan compartiendo su vida juntos.

Sin embargo, un día deciden emprender un viaje juntos a Egipto, pues Cucarrón siempre ha tenido la ilusión de regresar a su lugar de origen, donde los cucarrones son venerados. Gracias a la ayuda de Rana, y a que es capaz de nadar llevándolo a él en la espalda, su sueño se hace realidad. Después de un viaje en el que la pobre Rana casi desfallece del cansancio, y gracias a una tortuga desorientada que los remolca un buen trecho, la pareja llega a Egipto y se instala: hacen su casa, consiguen amigos y el cucarrón trabaja haciendo bolitas de estiércol todo el día.

Pero pronto Rana empieza a sentirse fuera de lugar y, después de intentar muchas cosas para sentirse a gusto nuevamente, entiende que debe regresar a la laguna y al quiche donde nació y decide emprender el viaje de regreso a su tierra. Rana y Cucarrón se separan, lo que deja al pobre insecto sumido en una profunda depresión. Hasta que al fin Rana regresa, ¡con una sorpresa muy especial!

La historia de la rana y el cucarrón es, como el mismo título lo anuncia, el relato de un amor verdadero, pues, a partir de lo que les sucede a estos dos animales, es posible identificar las dinámicas propias de una verdadera historia de amor, que puede pasarle a cualquiera: una fuerte atracción inicial, que en este caso está representada por un destello cegador del caparazón de Cucarrón; la necesidad de pasar tiempo juntos y hacer un proyecto de vida; la decisión, por parte de uno de los dos, de apoyar el sueño del otro y remar (literalmente) para que el amado cumpla su sueño; establecerse finalmente en un lugar para que uno de los dos de pronto sienta que no está tan a gusto y que debe regresar a su origen para encontrar también el sentido a su vida.

Lejos de ser la típica historia estereotipada, la novela de Francisco Montaña presenta unas situaciones que parecen ser para niños pequeños, pero llevan al lector de cualquier edad a sentirse identificado o conmovido con momentos reales y profundamente humanos. Los sentimientos pueden ser confusos, repentinos, cambiantes; y en una relación amorosa es posible que uno de los dos dé todo de sí para que el otro pueda cumplir sus sueños.

Esta novela también pone sobre la mesa el viaje de regreso al origen y la necesidad que algunos pueden sentir por volver a donde se sienten reconocidos en su esencia. Sin embargo, ese viaje al origen puede significar para la pareja un esfuerzo titánico, una pesada carga.

 valeria-baena
Valeria Baena

Literata con experiencia en gestión cultural y promoción de lectura en el ámbito de la escuela y las bibliotecas. Ha liderado y conformado clubes de lectura para niños y adultos en bibliotecas públicas y librerías.

También puedes leer