Reseña

Carta breve para un largo adiós

POR Paola Roa • 21 noviembre 2023

3 minutos

Autor: Peter Handke | 184 págs. | Alianza Editorial | 2019

Un hombre de treinta años viaja de Austria a Estados Unidos. Lleva consigo dos libros: El gran Gatsby y Enrique el Verde.

El propósito: hacerse otro, alguien distinto al que se es. Atrapar el monstruo y hacerlo pedazos junto con su impaciencia y su impostura. Ir a la búsqueda entonces. Será necesario entrar y salir de sí mismo. Viajar por carretera y por el terreno de la psiquis: de Nueva York a Los Ángeles; del cumpleaños treinta a la infancia, pasando por un matrimonio tormentoso, la vida en el campo y el miedo como fuente casi exclusiva de conocimiento. Mantenerse en movimiento, tirar los dados para que se abra el mundo y el porvenir.

La novela es breve, como las cartas que el protagonista recibe de su exesposa, Judith, amenazándolo de muerte y persiguiéndolo por todo el periplo o, mejor, los dos periplos: el del recuerdo asfixiante de la dulce alienación en que permanecieron por años y el de la ruta en auto que hace por Norteamérica para visitar a John Ford, actor de una película que le avivó las ganas y la conciencia de vivir. El adiós es largo, se extiende a lo ancho de la historia, despidiendo a esas versiones de sí mismo que el protagonista ya no puede sostener, en tensión con la apertura casi melancólica a través de la que descubre otras posibilidades de ser, de estar, de mirar, de narrar todo lo que ha acontecido

Novela de viaje y de formación, que recuerda la consigna de Zaratustra al joven del árbol de la montaña: “Todavía no eres libre, todavía buscas la libertad. Tu búsqueda te ha vuelto insomne y te ha desvelado demasiado. Quieres subir a la altura libre, tu alma tiene sed de estrellas”. En este caso, la altura de libertad tiene una marca de alteridad, su protagonista no quiere permanecer aislado; desea percatarse de los demás, dirigir la mirada a algo diferente a él, observar en la diferencia para encontrarse. Así, en la concatenación de los largos recorridos en auto durante el día, las noches en hoteles de carretera y los sueños por momento perturbadores, dos acontecimientos tensan el hilo en vertical —ese gesto de la experiencia que en el relato de formación detona el aprendizaje porque nos hace levantar la cabeza: por una parte, las conversaciones con Claire y con John Ford sobre la ardua tarea de hacerse a sí mismo e implicarse en el mundo y,  de otra parte, leer El gran Gatsby y Enrique el Verde, dos lecturas sobre las que medita y dialoga a lo largo de la historia, lecturas transformadoras, intensas y que él mismo describe: “como en otras ocasiones, algo que había leído me hacía desear vivirlo inmediatamente”. Esta es la misma intensidad y deseo  que Carta breve para un largo adiós también puede, seguro, despertar en sus lectores. 

 paola-roa
Paola Roa

Lectora, bibliotecaria y profesora. Miembro del colectivo Prosa del Mundo, un espacio educativo y cultural en el que coordina actividades para el estudio de filosofías, pedagogías y políticas libertarias.

También puedes leer