Reseña

Pero, ¿dónde está Ornicar?

POR Andrés Castaño • 21 abril 2025

Autor: Gérald Stehr y Willi Glasauer | 32 págs. | Ediciones Tecolote | 2001

Esta historia maravillosa fue escrita por el pintor y escritor Gérald Stehr, nacido en París en 1949, autor de múltiples guiones y obras de teatro. Las ilustraciones son de Willi Glasauer, nacido en Stribro, Bohemia, en 1938. Glasauer estudió en la Escuela Superior de Bellas Artes de Maguncia y luego se trasladó a Francia para trabajar como ilustrador.

Producto de la creación conjunta de estos dos artistas nace esta historia que cuenta el día de regreso a clases y la dificultad de la maestra de la escuela de animales cuando decide organizar a sus estudiantes de acuerdo con sus características físicas. Ornicar, un pequeño ornitorrinco que es nuevo en la clase, parece no encajar del todo en ninguno de los grupos.

La maestra descubre entonces nuevas formas de integrar a sus estudiantes según las habilidades que todos y cada uno poseen. El arte, los deportes y la música se convierten en oportunidades para que los alumnos participen y aporten desde sus peculiaridades.

De la mano de imágenes realistas y detalladas de los animales podemos encontrar en la historia una clasificación simplificada de los seres vivos. Las diversas características del ornitorrinco se convierten en el motivo para indagar acerca de la clasificación de los animales. Mamíferos que toman leche, reptiles que nacen de huevos, el pico de las aves y otras características son un aprendizaje que los más pequeños pueden adquirir de forma divertida con esta narración.

El libro ofrece también reflexiones profundas: es perfecto para comprender cómo todos nosotros desde nuestros conocimientos y habilidades podemos aportar a nuestro entorno. Es una hermosa invitación a la reflexión en los distintos contextos donde nos podemos encontrar personas con capacidades diversas. Las diferencias no se convierten ya en un punto de división, por el contrario, son una oportunidad para relacionarnos y acercarnos, para aprender y contribuir al otro desde las particularidades que cada uno posee.

Se trata, así, de un libro que recomiendo para maestras de educación inicial en clases de ciencias y biología que quieran hacer con sus pequeños científicos un acercamiento a la clasificación simplificada de los animales y al valor de la biodiversidad. También lo recomiendo para leer en familia y reflexionar acerca de las diferencias que podemos encontrar en nuestros distintos contextos. Esta historia nos permite a todos los miembros de la familia, sin distinción de edad, hacer paralelos con nuestros entornos cotidianos (escuela, trabajo, familia, amigos) y reflexionar cómo en ellos podemos encontrar personas con habilidades diversas que enriquecen el compartir del día a día.

Andrés Castaño