Reseña

La memoria secreta de las hojas

POR Lisa Colorado • 21 abril 2025

Autor: Hope Jahren I 332 págs. | Paidós| 2016

Lab Girl, traducido al español como La memoria secreta de las hojas, es un libro de la norteamericana Hope Jahren (1969), bióloga, geoquímica y obstinada, también narradora, madre y amiga de raíces nórdicas, condición esencial presente en todo su relato y parte de los mecanismos culturales que enmarcan su reporte de sí misma. La portada de la edición en español promete una historia de árboles, amor y ciencia, lo que no le hace justicia a la amalgama de conversaciones que la autora teje a medida que avanza en su relato y en su vida.

El libro compromete una mirada femenina sobre los árboles desde su historia, su inmensidad y sus procesos; de amor a la ciencia, a la vida, a Bill, su asistente de investigación no académico, a las complicidades, a la pareja, a la maternidad y al acto desquiciado de montar y desmontar la vida como un objeto preciado que se lleva a distintos lugares. Un relato de pasión por la ciencia, la disciplina que significa y lo que implica ejercerla.

La autora nos presenta su vida como científica y nos retrata un medio predominantemente masculino. Nos habla de su funcionamiento, de las dinámicas de financiación, de los retos que supone y de la manera en que ella asume esos retos eclécticos y apenas imaginables. Su relato no se reduce a un tratado sobre la naturaleza o los sistemas ecológicos que cohabitan los árboles; no va de cuestiones enmarañadas o inaccesibles. Habla de su gusto por la literatura y va describiendo la vida, desde el lugar de quien lee en clave literaria.

Todo esto ocurre en tres partes: raíces y hojas, madera y nudos, flores y frutos. Es un texto que interpela de manera directa nuestra visión sobre la naturaleza, sin romantizarla ni plantear escenas distópicas. Además, nos permite acceder a dos ideas importantes: una, que no podemos proyectar lo que somos en los árboles. El impulso humano de comprender alguna cosa suele traducirse en términos de similitudes y comparaciones con nuestros rasgos, y esa forma de abordaje, aunque es práctica, resulta ineficiente y reduccionista. Renunciar a ese intento de identificación tal vez transforme nuestra mirada de la naturaleza.

La segunda idea: hemos limitado la existencia de la especia sapiens a la satisfacción de necesidades relacionadas con el alimento, la medicina y el aprovechamiento de materia prima (la madera, por ejemplo). Esta existencia, reducida y voraz al mismo tiempo, ha devastado nuestros ecosistemas.

Cito a Jahren en una conferencia sobre su libro en Barcelona: “esta obra trata de convencerte de que, saber algo de ciencia, pueda ayudarte a apreciar la literatura”.

Lisa Colorado