Autor: Ignacio Piedrahíta | 186 págs. | Editorial Eafit | 20219
Grávido río es un libro de viajes en forma de ensayo escrito por el geólogo antioqueño Ignacio Piedrahita. Teje dos historias de manera paralela: por un lado, el recorrido del autor durante dos meses por el curso del río Magdalena, empezando en San Agustín (Huila), muy cerca de su lugar de nacimiento, pasando por el desierto de la Tatacoa, luego por la desaparecida población de Armero, posteriormente por Puerto Berrío en la región del Magdalena medio, y terminando en el Banco y Mompox, departamento de Bolívar. Por el otro lado, una historia más larga y silenciosa, que abarca millones de años, en la que cuenta el devenir de las montañas, los ríos, las piedras y el ser humano. Este interés parece estar en el núcleo de toda su obra. Lo vemos expresado de manera sucinta en su poema Piedras parlantes:
Las piedras no gritan, hablan al oído.
Testigos de cataclismos, prefieren ahorrar palabras.
Se limitan a sugerir el primer aullido del tiempo,
el pliegue de la cordillera, el bostezo de la montaña.
Una caminata con destino al Alto de los Ídolos, en San Agustín, es la excusa para hablar de la caminata más importante de la historia, la que emprendieron nuestros antepasados desde África cuyo fruto fue la población del continente europeo y americano. Este es un rasgo fundamental del libro: el relato cotidiano, la experiencia subjetiva y sensorial del autor, la descripción intensa del territorio y sus indicios, se entrelaza con un conocimiento erudito de manera orgánica y por pasajes asombrosa.
Uno de los temas transversales en Grávido río es el aspecto afectivo inherente a todas las ciencias; la dimensión apasionada de la observación pretendidamente objetiva. Es gracias al conocimiento científico que el viajero logra relacionarse de una manera íntima con el territorio. Se habla de geología, geografía, de los astros, de historia, de filosofía e incluso de química, hasta el punto de que es posible considerarlo un libro de divulgación científica.
Desde el hilo conductor del viaje por el río Magdalena, Piedrahita es capaz de hacernos ver cómo cierta disposición del agua afecta de manera radical a sus pobladores. El caso de Armero es un buen ejemplo de esto: su mal posicionamiento con respecto al Nevado del Ruiz y al angosto río Chinchiná produjo su desaparición.
Es importante decir que las paradas del viaje no están pensadas de antemano, dependen de cierto capricho del autor. O mejor, la interacción del viajero con los distintos lugares y ambientes que visita lo animan a buscar la siguiente parada. En cada una de ellas el río proyecta el daño a los distintos ecosistemas producido por el ser humano. Ejemplo de esto son las ciénagas, que en general se han visto profundamente afectadas por la ganadería.
Grávido río es un relato sobre el agua como elemento primigenio y fundacional de la vida en la Tierra. Piedrahita nos hace entender que una gota de agua es tan importante como todo el caudal de un río.